Caracterización de pacientes sometidos a evisceración/enucleación secundaria a trauma ocular en el Hospital Universitario San Vicente Fundación, Medellín, Colombia, entre 2011 y 2021

Abstract

RESUMEN: Introducción: El trauma ocular es una causa importante de pérdida visual con secuelas a largo plazo, incluida la reducción de la calidad de vida y la pérdida de productividad de los pacientes, pues usualmente se afectan personas jóvenes. El tratamiento quirúrgico depende de la lesión; la enucleación y evisceración son opciones viables en ojos no recuperables. El propósito de nuestro estudio es describir el perfil epidemiológico y clínico de pacientes sometidos a evisceración/enucleación por trauma ocular en un centro de atención de tercer nivel en la ciudad de Medellín, Colombia, durante 10 años. Métodos: Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal de ojos que fueron eviscerados o enucleados por trauma en el Hospital Universitario San Vicente Fundación, en Medellín, Colombia, entre el año 2011 y 2021. Se estudiaron características sociodemográficas, factores relacionados con el trauma ocular y con el procedimiento quirúrgico realizado. Resultados: Se estudiaron 161 ojos de 160 pacientes, de los cuales dos fueron enucleados y 158 eviscerados por trauma ocular. La razón hombre a mujer fue de 7,9 a 1 y la media de edad de 36,6 años (DE 18,3). El 52,2% fueron por agresión o violencia, el mecanismo más frecuente fue herida por proyectil de arma de fuego (28,1%). Se clasificó como trauma ocular abierto el 98,1%, de los cuales el 84,5% correspondía a estallido ocular. De los ojos en que se reportó agudeza visual, el 93.3% no percibían la luz. El 58,4% sufrieron fractura orbitaria y 29,2% trauma craneoencefálico. Se realizó evisceración primaria en 98,8%, la mitad de los pacientes se operó en 2 días o menos y el 75% en 4 días o menos. En 90,7% se usó implante. El 75% de pacientes se siguió a 36 días. Conclusiones: La mayor proporción de pérdida del globo ocular secundara a trauma se presentó en hombres jóvenes que habían sufrido agresión o violencia y presentaban estallido ocular, realizándose en su mayoría evisceración primaria + implante, contrario a lo reportado en series internacionales donde se prefiere la evisceración secundaria, posiblemente por la gravedad inicial de los ojos traumatizados.