Por favor, use este identificador para citar o enlazar este ítem: https://hdl.handle.net/10495/18008
Título : Foucault y Marx ante la crisis del marxismo. Poder, guerra y lucha de clases
Otros títulos : Foucault y Marx ante la crisis del marxismo
Autor : Yepes Grisales, Daniel
metadata.dc.contributor.advisor: Giraldo, Jorge
metadata.dc.subject.*: Marxismo
Poder político
Foucault
Marx
Lucha de clases
Poder
Guerra social
Fecha de publicación : 2020
Resumen : RESUMEN: Este trabajo tiene el objetivo de Aportar al debate sobre el retorno a Marx tras la crisis del marxismo mediante la reconstrucción crítica de una relación teórico-política problemática de Foucault con Marx y el marxismo. Se considera que Foucault puede aportar de dos maneras a ese debate sobre el retorno de Marx tras la crisis del marxismo. En primer lugar, a través de su crítica a la concepción marxista del poder, y del desarrollo -por contraposición al marxismo pero no a Marx, e incluso inspirado en Marx- de una concepción del poder (especialmente de lo que llamó “relaciones de poder”) mucho más compleja y rica que la del marxismo. Desde ese punto de vista deben entenderse los planteamientos desarrollados en el CAPÍTULO 2, El poder, que se ocupa de hacer una especie de génesis del desarrollo de la concepción foucaultiana sobre el poder, haciendo énfasis en su relación crítica con el marxismo (mostrando, por ejemplo, cómo Foucault de hecho partió de una concepción marxista hacia 1971-72, con la que luego fue rompiendo), pero también en las discontinuidades propias de esa trayectoria de elaboración, haciendo especial énfasis en un impasse experimentado por Foucault en 1976-1977, que en ese capítulo se intenta explicar mediante una hipótesis que lo conecta con su frustrado intento de huida del marxismo y que lo condujo a un abandono (que no fue superación) del modelo marxiano del poder a partir de 1978. Sin embargo, de ninguna manera puede entenderse que esa concepción del poder, que se basaba en la crítica a la concepción marxista y que era mucho más compleja y rica que ésta, fuera incompatible con el pensamiento político de Marx o que descartara como caduco todo el marxismo. De hecho, la concepción foucaultiana del poder desarrollada entre 1973 y 1976 (su período genealógico estrictamente hablando), estuvo centrada en un modelo de análisis –o “grilla de inteligibilidad” según la expresión de Foucault- de las relaciones de poder que se basaba en la idea de guerra social permanente, una idea cuya transcripción moderna era justamente la teoría marxiana de la lucha de clases. A la argumentación de esa hipótesis se dedica todo el CAPÍTULO 3, Guerra y política, en el que se le sigue la pista al método genealógico de Foucault a partir de un texto de 1971 en el que lo define a partir de Nietzsche, pasando por el curso del Collège de 1973 en el que asume la forma novedosa de guerra civil y, finalmente, se analiza el curso de 1976, Defender la sociedad (centro del capítulo) en el que Foucault analizó ese discurso bajo la forma histórico-política de lucha de razas (Boulainvilliers) y su transcripción moderna como lucha de clases (Marx). En ese capítulo se vuelve a la hipótesis explicativa sobre el impasse y se muestra cómo a partir de 1978 Foucault abandonó la hipótesis bélico-estratégica de Marx (al precio de abandonar también a Nietzsche y a Boulainvilliers) y transitó a otra problemática sobre el poder y sobre la guerra (de vuelta a Clausewitz). Como puede verse, ese tercer capítulo vuelve a poner a Marx en el centro de la concepción del poder de Foucault (al menos hasta 1978, momento en el cual comienza a desarrollar la hipótesis Foucault1), a pesar de que se había dicho en el segundo capítulo que Foucault rompía con la concepción marxista. Esto se debe a una diferencia esencial que se identifica en la relación que Foucault estableció con Marx por una parte y con el marxismo por la otra. Es la hipótesis a la que se dedica el CAPÍTULO 4, Marx, marxismo y la política, en el que se sintetizan las críticas de Foucault al marxismo, deteniéndose en dos relaciones problemáticas muy íntimas y muy especiales: la sostenida con su maestro Althusser y la sostenida con algunos círculos maoístas entre 1969 y 1972, de las cuales aprende pero con las cuales rompe. Tras aclarar lo que era su crítica más apasionada y radical al marxismo (sus tácticas discursivas de carácter bélico y judicial), se sostiene la idea de un Foucault “criptomarxista crítico” y además un lector (en el sentido fuerte) de Marx, tratando de esclarecer la dificultad de esa relación pero también algunos elementos que pudieron relievarse, así como la veta estratégica que, en opinión de Foucault, podría ser desarrollada en el caso de un eventual retorno a Marx (del que se trata todo este trabajo), a saber, la lucha de clases como categoría central de su pensamiento político, veta que, por cierto, también desarrollaron algunos marxistas-leninistas, lo que abre todo un debate en el que se termina concluyendo que “el Marx de Foucault” no sería marxista sino anarquista. Ahora bien, se había dicho que Foucault puede aportar de dos maneras a ese debate sobre el retorno de Marx tras la crisis del marxismo. La primera, abordada en los tres capítulos ya esbozados (2, 3 y 4), gira pues en torno al poder, la guerra y la lucha de clases, de donde emergen los elementos para criticar al marxismo, para proponer una concepción complementaria de Marx, y para recuperar una veta del pensamiento político marxiano. Son los tres conceptos que subtitulan este trabajo. La segunda manera en la que Foucault podría aportar al debate es a partir de una profecía (desaparición y reaparición de los fantasmas de Marx) y una serie de distinciones (entre Marx y el marxismo, entre Marx y el socialismo real, entre el Marx profeta, el Marx analista y el Marx político, así como entre Marx y una supuesta ciencia profética Marxista) que conducen a la definición de estrategias de salvamento de Marx en el presente. El CAPÍTULO 5, ¿Marx después y a pesar del marxismo? se ocupa de esas cuestiones, partiendo de los aportes de Bobbio y Derrida a comienzos de los 90, y de una reseña crítica del libro de Jorge Giraldo Marx después del marxismo, (que acertadamente puso los términos del problema, aunque la respuesta que aquí se propone sea diferente). Al final, se esbozan las líneas esenciales de lo que podría ser un proyecto de genealogía del dispositivo marxista-leninista (a partir de sugerencias de Foucault en algunas entrevistas de 1977 y 1978), proyecto que se presenta como condición indispensable para las pretensiones de retornar a un Marx liberado de los constreñimientos marxistas-leninistas indeseados, lo que sin embargo tampoco implica la muerte del marxismo-leninismo ni dice nada sobre la deseabilidad de la misma. El capítulo termina con una invitación a releer a Marx. No obstante, las características del objeto de estudio (una relación de Foucault con Marx y el marxismo) implicaban, necesariamente, partir de un marco contextual que ayudara a ubicarlo histórica, intelectual y políticamente. Sin ese contexto histórico no sería posible comprender la importancia que tenía el marxismo en el momento y lugar en el que Foucault vivió y pensó, ni las particularidades de la crisis que este (marxismo) experimentaba en la década de 1970, ni, por tanto, la pertinencia de la apuesta crítica foucaultiana durante esa misma década. A eso se dedica el CAPÍTULO 1, Contexto, en el que se parte de dos interpretaciones historiográficas de la segunda posguerra y de un panorama general del campo intelectual francés, para plantear algunos elementos generales sobre el contexto político-intelectual que influyó sobre Foucault durante las décadas de 1950, 1960 y 1970, haciendo énfasis en algunas fechas de acontecimientos importantes como 1956 (invasión a Hungría, Guerra de Argelia, XX congreso del PCUS) y 1968 (invasión a Checoslovaquia, las rebeliones estudiantiles mundiales y el “mayo francés”). El capítulo finaliza con el retrato de la crisis de finales de la década de 1970, tal y como la percibieron, entre otros, la izquierda marxista y Foucault, lo cual contribuye sobremanera a comprender las condiciones del viraje que experimentó el pensamiento de Foucault entre 1976 y 1978. Al final del trabajo se incluye un EPÍLOGO. Teoría política, análisis político, estrategia política, que contiene la exposición de una consecuencia posible de las ideas desarrolladas en este trabajo, en el ámbito de la teoría política, el análisis político y la estrategia política, exposición que se basa en algunos elementos propuestos por Norberto Bobbio e Isaiah Berlin en torno a lo que es definitorio de la teoría política tradicional y sus problemas normativos. Ese último apartado indaga por la manera en que esos elementos permiten o no evidenciar la existencia de una teoría política en el período del pensamiento político de Foucault que aquí fue abordado, así como su relación con la teoría política marxista y la posible utilidad politológica y político-estratégica que esos desarrollos teóricos podrían tener en el presente.
Aparece en las colecciones: Maestrías del Instituto de Estudios Políticos

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