Ocio, crisis y futuro. Ideas para mejorar la sociedad

Abstract

RESUMEN: Desde el 11 de marzo de 2020, cuando la Organización Mundial de la Salud declaró oficialmente una pandemia mundial provocada por la COVID-19, esta situación ha cambiado abruptamente la rutina diaria de las actividades humanas en todo el mundo, especialmente en los países más afectados. El brote de la enfermedad obligó a los gobiernos a imponer políticas de distanciamiento social por un período prolongado de tiempo, lo que resultó en el confinamiento de gran parte de la población en todo el mundo y, en consecuencia, impactos en la salud mental, el bienestar y la calidad de vida de la población. Las investigaciones realizadas sobre los impactos de la COVID-19 se han multiplicado en los últimos meses y ayudan a identificar el mal tiempo que sufren las poblaciones en los más diferentes contextos socioculturales. Refuerza la concepción de que una parte importante de la población mundial parece experimentar lo que convencionalmente se denomina “coronafobia”. Se trata de una situación en la que las políticas de confinamiento y cuarentena están estrechamente asociadas con niveles crecientes de ansiedad y depresión, trayendo consigo vulnerabilidad de la población en cuanto a su bienestar físico y mental. En este sentido, la salud mental se muestra en una considerable relación con la incertidumbre y la percepción de enfermedad. Muchos de estos estudios convergen en que las actividades asociadas al Ocio en sus más variadas posibilidades (y siempre que se realicen de forma responsable, respetando las formas de prevención ya conocidas) pueden simbolizar una importante estrategia para hacer frente a la pandemia provocada por COVID-19. Ello favorece en la necesaria resiliencia ante este momento tan adverso. Asegurar el acceso al Ocio puede ayudar en la esperanza de días mejores como estrategia para reducir los factores de ansiedad y depresión, buscando una mejor salud física y mental, incidiendo de manera decisiva en el bienestar y en la calidad de vida de la población. Ricardo Ricci Uvinha